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domingo, 17 de noviembre de 2013

8 BARES


8 BARES

Se denomina bar a una unidad de presión equivalente a un millón debarias, aproximadamente igual a una atmósfera(1 atm). Su símbolo es «bar». La palabra «bar» tiene su origen en «báros» (βάρος), que en griego significa «peso».

Como todos los sábados los ONEDAYS & METEYERROS, se vuelven a juntar una vez más para disfrutar de un nuevo día de bicicleta.


En esta ocasión, comenzaba en la casa de Pedro, como otras tantas veces, la ruta iba a ser sencilla a priori, ya que el principio de la misma discurría por el carril bici que llega hasta Villanueva del Árbol, lugar de destino en otras muchas ocasiones. Una vez que llegamos a esa población callejeamos hasta llegar al final de pueblo y dar con el campo de golf. Allí empezamos a comprobar que el barro una vez más sería nuestro nuevo compañero de ruta.

Durante esos primeros Km ya comenzaban a aparecer a alguno que otro problemilla técnico, el primero en sufrirlo fue Josele, que durante el camino sufría la incomodidad de que cada vez que hacia fuerza en el pedal, la cadena se le saltaba, quien sabe quizás le daba más de 8 bares de presión. En un tramo en de carretera, Josele decidió adelantarse para poder arreglar la cadena y así no retrasar demasiado la marcha del resto.


1 Bar = 1.0197 kilos/cm2("kilos")

8 bares quizás es mucho más de lo necesario para que una rueda reviente, y es que mientras Josele se dedicaba a solventar su problemilla, otros aprovechábamos a conversar sobre la ruta, y otros a poner a punto la bici. Uno de ellos, era Luis el cual muy afanoso, le daba a la bomba de aire. Una vez, retomada la marcha, recorridos escasos 200 metros, nos vimos sorprendidos por un petardazo tremendo. La rueda de Luis, en la cual se había afanado en poner a punto, reventó. La avería parecía seria, y los peores presagios se hicieron realidad, cámara y cubierta rotas. Por suerte, como si de McGyver estuviera con nosotros, a alguna mente espabilada le aconsejo usar la cámara rota para hacer un apaño que le permitiera regresar a León. Después de un rato y asegurándonos de que Luis iba a poder llegar a León, continuamos nuestro camino.

Una vez reanudada la marcha, circulábamos por un camino con bastantes piedras, el cual me vino a la memoria que era el mismo, que la anterior crónica que os contaba por aquí el otro día, os la mencionaba como la primera ruta que hice, y de la cual, el recuerdo que tengo de ella no era muy agradable. Pero como se nota que ha pasado el tiempo y que la condición física ha mejorado mucho en comparación a aquella mala experiencia que tuve en su momento, por lo tanto, los malos recuerdos que se me venían pasando por la mente, poco a poco, se empezaban a tornar en sensaciones positivas, ya que a pesar del sufrimiento de aquella ocasión, después de tres años, aquí volvía a estar.


El camino, era largo y con una ligera pendiente, con lo cual, y dado que poco a poco íbamos ascendiendo, comenzamos a encontrar los primeros copos de nieve por el camino, y es que aunque estando aún en noviembre, podemos decir que el invierno ya llego a León, y tal y como recordaréis de la temporada pasada fueron muchas las salidas que hicimos con esta fiel acompañante. Pero como nos solía pasar, siempre le seguía su amigo el barro, el cual no es tan bienvenido como ella. No obstante, son dos elementos que hacen que la ruta sea más emocionante.

Después de una parada para reagruparnos, y aprovechar a comer la chocolatina, seguimos nuestra ruta hacia la laguna de Fontanos, la cual no pudimos disfrutar ya que el frío apretaba y alguno ya se había dado un chapuzón en un charco, y no era conveniente que nos quedaramos quietos, por lo tanto seguimos adelante para que la hora de llegada a León fuera lo más pronto posible, de hecho, Pedro había planeado una ruta más larga pero el tiempo se nos echaba encima por lo que decidimos tomar un camino más corto hasta Matueca de Torío, que era el pueblo más próximo.

El camino posiblemente fuera más corto, pero no contamos con que tendríamos que bajarnos de las bicis y tener que pujar por ellas, ya que nos encontramos en un cortafuegos, con un pendiente que era imposible de salvarla montados en ellas. No obstante, despúes de ese pequeño inconveniente, el camino fue mucho más suave, y pudimos completar el resto del camino sin ninguna complicación.

Ya en Matueca de Torio cogimos el tren y nos regresamos a León, fue la mejor decisión que pudimos tomar desde luego.

Buenos pues hasta la próxima semana en la cual os volveremos a contar una nueva historia.






Por cierto, os dejo este esquema de como funciona el estomago de alguno de nosotros cuando alcanza según él los 8 bares de presión. Supongo que sobran explicaciones sobre a que se refiere...





Un saludo y hasta la próxima



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