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martes, 26 de noviembre de 2013

León a La Seca por Camposagrado o ruta del “señorito”.

Hola a todos, esta es la ruta que el sábado 23 nos propuso realizar nuestro guía Pedro y que como otras muchas veces, dio comienzo en la glorieta del León de Eras de Renueva. A primera hora de la mañana hacía frío pero el día estaba soleado y prometía una  ruta fácil por caminos y pistas endurecidos por la helada. También podríamos titular esta crónica como el Cuento del Señorito, o como a veces, en la vida, unos se manchan, y otros miran como los demás se manchan.
Como otras veces nos dirigimos a Villabalter cruzando por el camino que atraviesa la via del tren de la Línea León- Gijón y que conduce al Molino de la presa de Villabalter. Una vez en el pueblo comenzamos la ascensión por el Camino de Rozas que pasa delante de la granja La Reguera y que asciende poco a poco hasta el cruce de caminos que es el Alto de la Macarena. En el punto donde se cruza el camino de Rozas y la pista que sube hacia el Alto,  hicimos la primera parada de agrupamiento. Nuestro compañero Diego no se encontraba cómodo, con frío y humedad en los pies y decidió retirarse en este punto y dar la vuelta hacia  casa, pensando también en  no retrasar a los demás compañeros en la ruta del día. Es el sacrificio del deportista y amigo autentico que, como veremos más adelante, no todos están dispuestos a realizar.
Proseguimos adelante, tras despedir a Diego, en dirección al alto de la Macarena y una vez internados en las primeras filas de pinos, se oyen gritos de “avería” y nos detenemos de nuevo. Esta vez, por si no lo habéis adivinado, se partió la cadena de la bici de  Valentín. La pobre cadena, que ya había sido reparada en varias ocasiones, simplemente no pudo más, estaba más recortada que la paga extra de los funcionarios y decidió jubilarse. Teniendo en cuenta que su dueño la fuerza al máximo con desarrollos lo más grandes posibles, bastante que llegó hasta aquí desde la primavera que sufrió su primera avería.
En esta situación, conminamos a Valentín a  que diera la vuelta y regresase a León, -“ahora que puedes”-,  le dijimos, y además para no comprometer con más averías el resto de la ruta. La respuesta, por supuesto, no tardó en llegar, se negó en redondo a abandonar, y claro, mientras Pedro, Edwin y otros revisaban la cadena, se ponían manos a la obra con el  troncha intentando solucionar la avería, el “señorito” no se quitó ni los guantes, no se fuera a manchar sus blancas manos de cuidada manicura. Ciertamente estuvimos un buen rato, hasta que los compañeros solucionaron provisionalmente la avería, aunque pagando el precio de enfriarnos en aquella pista entre pinos. Además estábamos en medio de una batida de jabalí, señalizada metros antes, y con la sensación de que no estábamos del todo seguros con todos esos rifles por los alrededores. De este momento de la ruta podéis ilustraros con un video editado al efecto. Decidimos continuar a buena velocidad para recuperar el tiempo perdido y claro, unos metros mas adelante, en cuanto se le exigió un poco a las máquinas, la cadena del “señorito” se suicidó definitivamente y tuvo que poner pie a tierra en el acto.
En este momento, el clamor del grupo era general: - “date la vuelta andando que no tiene solución” -“estamos helados por tu culpa, que no cuidas la bici”-, una rebelión de los siervos de la gleba era aquello, estábamos en el punto de no retorno. Todavía no estábamos demasiado lejos de la ciudad y ya derrotado, aunque de mala gana,  “el señorito” cogió su montura y regreso por donde había venido, pasito a pasito, para alivio de todo el mundo. - “Que le sirva de escarmiento”- era el comentario general. Esperando que la caminata le sirva para reflexionar sobre el mantenimiento y cuidado de la bicicleta, partió “el señorito” por aquellos caminos con la frente marchita y la mirada puesta en las piedras que tendría que pisar.
 Después supimos de él, pero eso, amiguitos, ya es otra historia.
En fin, ya agrupados los supervivientes, proseguimos ruta por el camino de Los Llanos Has San Juan de Arenas y desde allí hacia Camposagrado. En la parada de la chocolatina en la Ermita  decidimos que como era tarde, acortaríamos la ruta para bajar a Santibáñez por el camino que  paralelo al Arroyo de Santibáñez cruza por la Fuente de las Quemadas y desciende hacia las tejeras en las inmediaciones del pueblo. Acometimos el descenso por el camino y al llegar al cruce con la carretera de Cuadros echamos en falta al compañero Josele.  Había decidido bajar por un camino alternativo desde la zona de la fuente, y le entretuvo un poco mas de la cuenta. Como un jabato se incorporó al grupo minutos más tarde y todos juntos regresamos por los caminos de la ribera del Bernesga para llegar enseguida a León, a velocidad de crucero, y aposentarnos en la terraza del Flecha, y ya sí, con el zumo de cebada en la mano y al sol del membrillo, comentar los avatares de la jornada y los sucesos acaecidos al otro “membrillo” también llamado Valentín.


Un saludo. 

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